Médard Verburgh era el miembro más joven de una familia de comerciantes de hierbas y tenderos de Roeselare. Estudió en el Seminario Klein y en 1899 comenzó a trabajar como aprendiz del decorador Emiel Duyvewaardt. Al mismo tiempo desarrolló su talento artístico en la Academia local de Arquitectura y Dibujo, donde fue compañero de clase de Alfons Blomme. En 1907 se trasladó a Bruselas, donde trabajó como decorador durante el día y asistió a clases en la Real Academia de Bellas Artes por las tardes.

Durante su período en Bruselas, Verburgh desarrolló un estilo impresionista. En 1913 ganó un premio de arte que le permitió visitar Italia. Este viaje le puso en contacto con Rik Wouters y le provocó una evolución hacia el fauvismo brabantiano, con una paleta más alegre y colorida. En 1919 se casó con Berthe Kestemont, quien se convirtió en su musa y modelo.

De 1924 a 1928 Verburgh vivió en Ostende, donde conoció a artistas como Constant Permeke. Este período marcó su transición hacia un estilo expresionista, con escenas de pesca y paisajes marinos como sus temas favoritos. Luego se trasladó a Nueva York, donde el entorno urbano con rascacielos y calles rectas le proporcionó una nueva fuente de inspiración. Su paleta de colores se volvió más sutil y suave.

Tras su estancia en América, Verburgh se instaló en las Islas Baleares españolas, primero en Ibiza y posteriormente en Mallorca. El entorno mediterráneo influyó fuertemente en su obra, dando como resultado una combinación de colores más cálida y brillante. En 1948 regresó a Bélgica con su familia, donde continuó pintando durante el resto de su vida.