Oscar Pinheiro nació en Portugal a finales del siglo XIX, llegó muy joven a Francia y pasó la mayor parte de su vida representando la Belle Epoque parisina. Pinheiro se destacó al retratar a damas elegantes comprando en los Grands Boulevards, las animadas calles de la ciudad y los grandes monumentos parisinos como el Louvre y Versalles.
Pinheiro pintó con tonos pastel y sin demasiados detalles para crear una composición general armoniosa que permite que el ojo se mueva sin esfuerzo por el lienzo. La pintura parece despreocupada y respira una atmósfera de tranquilidad y armonía.
