Albert Roosenboom fue alumno del famoso pintor y escultor belga Emile Meunier. A diferencia de su maestro, cuya obra se centró en la vida de las clases trabajadoras, Roosenboom prefirió pintar escenas de género narrativo con mujeres y niños elegantes como protagonistas. Además de su mérito artístico, sus obras también son admiradas por la visión que aportan sobre las modas, los interiores y la vida cotidiana de la segunda mitad del siglo XIX. A partir de 1869, Albert Roosenboom participó en exposiciones en Bruselas, Gante y Londres.
